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La frase suelta del Día

Ríe todo lo que quieras, no por enamorar a alguien. Si no para que sepa que eres feliz y no lo necesitas.

24.2.15

LAS COSAS HAN CAMBIADO

Vuelvo a escribir después de un largo tiempo de silencio digital. Durante estos meses o años (la verdad perdí la cuenta) tuve muchas dudas acerca de la personalidad de este espacio.

Hoy, más grande y con más lecciones aprendidas, vuelvo, pero descubrí que esto no se trata de los hombres. En realidad, no me importa entenderlos. Ese ejercicio solo tiene un fatal resultado. Ellos no son tan confusos como nosotras. Son como un regla matemática: El mismo proceso siempre tendrá el mismo resultado. Y lo que nos duele o lo que nos lleva a buscar otras explicaciones es la maldita frustración que sus decisiones simplistas van a desatar en nosotras.

¿Cómo actúan? Si me piden resolver esta ecuación...

La respuesta es sencilla, siempre su comportamiento tiene dos elementos básicos: El ego del macho y el objetivo que siempre es ganar.

Ya no se trata de los hombres, en realidad nunca fue así. Siempre se trató de nosotras y lo importante que es dejar de querer entender a alguien que, hagas lo que hagas, no va a actuar diferente si su macho interior y su deseo de ganar van en una línea diferente de lo que tú eres.

El nuevo precedente es:

¿Porqué nos importa tanto lo que ellos quieren de nosotras y por qué influyen tanto?

Si tuviera que retítular este espacio...

No lo tendría tan claro hoy, pero si puedo decirte, que somos un universo muy diverso con una enorme debilidad y es que hasta las más duras y frívolas tenemos bien puesto el chip de la seducción. Y dentro de ese juego, es difícil mantenerse en el papel de la seductora, porque la mayor parte del tiempo perdemos el camino y terminamos siendo las seducidas.

Y ahí empieza el drama, cuando perdemos la brújula.

10.3.13

Me despido de ti... Que no vales más


Hoy quisiera herirte tanto como tú me has herido, pero no tengo las armas, ni las fuerzas y sobre todo, no tengo tan poco clase como para rebajarme a donde andas tú.  Empiezo a creer que todo este tiempo siempre fuiste el tipo que hoy se sienta frente a mí; Un perfecto desconocido que ha dañado más de lo que yo creí que había por dañar en mi ser. Te deseo tanto mal. Eres un niño y me hubiera gustado, soñé tantas veces con que algún día fueras un hombre. Por ende, como buen chiquillo vas andando con la mirada hacía el piso recogiendo cualquier porquería que encuentras por ahí. Es cierto, a veces no todo lo que anda tirado resulta ser una porquería, pero vaya que tú si tienes un ojo conocedor para escoger de lo peor. Supongo que conmigo esa visión te falló, pues conseguiste más de lo que tú mismo pudiste creer merecer. Pero, bueno hoy lo has perdido. Ay nene, quizá habría que volver a la escuela para enseñarte que todo lo que uno hace tiene siempre sus consecuencias. Qué pena que la cobardía se te dé tan bien. En tus ojos que se llenan de lágrimas al ver que “la mujer de tu vida” se te va, sólo puedo recalcar, que sí se va, va saliendo por la puerta grande como toda una reina que siempre trabajó por lo mejor y construyó lo que ahora tú destruyes.  Ni cincuenta ingenieros pueden reconstruir el palacio que ella edificó… para dos. Mucho menos tú con tu desidia y poco compromiso podrás ser capaz de levantar una piedra. Buena suerte, ahora estás solo. Aunque a tu reina - porque “princesa” ¿tuya? Nunca más - el amor no se le esfume como la confianza, el tiempo premia. Todo aquello que propones resolver con un beso, quizá para tu dama, no tiene solución. No la culpes de sus arrebatos, tus frases hechas y el tonto amor son traicioneros y confusos. Un te amo, no es un te quiero a mi lado. 

31.10.12

Quisiera saber.

Si hay algo ahí, quisiera saber qué es... Si fuera amor, sería un enorme comienzo, sin embargo, las caídas, burlas, borracheras y ahogos en llanto, me han enseñado que el AMOR no es suficiente para ser dos igual a uno. El amor no hace la relación, el amor no hace la pareja. Primer punto clave, perfectamente claro. 

Quisiera saber qué quieres, qué buscas... más allá de tu sonrisa de "pobre inocente", no sé exactamente que es lo que hay. Tú no eres más, no eres menos, eres tal cual que esos lobitos con piel de cordero, dime que te hace diferente. 

A estas alturas, tengo las rodillas raspadas. Las caídas no son en vano, ya llevo rodilleras, coderas y un buen casco que me protegen de tus malas intenciones, pero aun no encuentro el artificio ideal para cubrir mi corazón de tus endulzantes palabras y de tus frases hechas. Porque cuando el corazón es estafado, el casco sólo es un lindo adorno, como los cuernos. Y las rodilleras no sirven. El piso duele y las heridas cada vez se hacen más profundas. Los oídos sordos y los ojos ciegos, todos ven y todos oyen lo que tú ni sospechas.